A pesar de los avances en oncología, el cáncer gastroesofágico sigue siendo una de las principales causas de mortalidad por cáncer en España. Este tipo de cáncer representa un desafío clínico significativo debido a su alta heterogeneidad molecular, lo que dificulta la estandarización en el diagnóstico y tratamiento. En 2024, 2269 casos de cáncer de esófago y 6868 de cáncer gástrico fueron detectados en España, y se proyecta un aumento en la incidencia entre adultos jóvenes.2
El consenso aborda también los siguientes puntos críticos que dificultan un manejo clínico efectivo:1

Desafío de la heterogeneidad tumoral
La expresión de biomarcadores como HER2, PD-L1 y Claudina-18.2 puede variar entre el sitio primario y las metástasis, lo que requiere reevaluaciones frecuentes durante el curso de la enfermedad. En el caso de HER2, por ejemplo, se ha observado una discordancia en el 5-7% de los casos entre el tumor primario y las metástasis.

Retrasos en los diagnósticos
Los tiempos prolongados necesarios para realizar pruebas moleculares completas pueden retrasar el inicio de los tratamientos más adecuados, lo que afecta los resultados de los pacientes.

Limitaciones en la estandarización de técnicas diagnósticas
La necesidad de actualizar y armonizar el uso de pruebas como IHC (inmunohistoquímica), FISH (hibridación in situ fluorescente) y secuenciación masiva destaca la falta de equipos y protocolos unificados a nivel nacional.

Infraestructura tecnológica insuficiente
La ausencia de tecnología avanzada para el manejo de datos complejos y de gran volumen limita la velocidad y precisión de los diagnósticos.